viernes, 24 de julio de 2009

Búsqueda

Era una casa vieja, había personas por todos lados. En la cocina, en los dormitorios, en el antiguo living. La verdad es que no conocía a ninguno de ellos.
Había una fiesta que duraría más de un día. Era a la canasta. Uno de los invitados me pedía algo para comer. Busqué en la heladera, en la alacena pero no encontraba nada.
Por fin aparece Juana quien me pide que la acompañe a un lugar. Subimos una escalera de hierro negra; arriba estaba Sebastián. Juana habló con él y luego bajamos. No había baranda, un escalofrío recorrió mis piernas. Bajé y volvimos a la fiesta.
Seguía sin encontrar lo que buscaba. ¿Qué buscaba?
Agustín quiere estar cerca de Mari y se acuesta a su lado, en la cama que estaba en la galería.
Cansada ya de lo mismo me voy a dar vueltas en avioneta, pero sin volar. Tomo un camino de tierra, donde altos árboles me acompañan. Llego a la casa de mi padre que está hecha de chapas, maderas, ramas, gomas... cosas que fue encontrando por la calle. Pero lo más interesante es que está arriba de un árbol. Él siempre quiso vivir en las alturas porque dice que así escucha mejor a la naturaleza. Su perro me ladra.
Le digo a mi padre que estoy esperando que me pasen a buscar. Cuando James llega me sube a una caballo, pero al revés. El animal empieza a correr, lo freno. Me bajo y me doy cuenta que era un perro. Otra vez me engañaron.